viernes, 13 de septiembre de 2013

Colombia y sus fronteras, antes del tratado Esguerra - Barcenas de 1928

Este mapa de 1810 nos muestra que el Archipiélago de San Andrés y la Costa Mosquitos, eran parte de la unidad territorial de la colonia española.




Tomado de: pasaportecolombiano.wordpress  

Por tanto, si Nicaragua insiste en romper dicho Tratado, el cual fue ya aprobado por la Corte Internacional de Justicia, entonces es legítimo que Colombia pida la devolución de la Costa Mosquitos.

Colombia cometió el error de permitir que el tema se llevara al plano internacional. La estrategia nicaragüense no es diferente de la filipina. Nicaragua no buscó el apoyo de Estados Unidos, sino de la Venezuela de Hugo Chávez con claras ambiciones en la cuenca del Mar Caribe, así como Estados Unidos las tiene en el Mar de la China Meridional.

Colombia no está obligada a aceptar ningún mandato internacional que vaya en detrimento de su soberanía. Un primer acto contra la soberanía es la dimisión de la canciller actual María Angela Holguín quien dijo:

‘Yo quisiera que estuviéramos seguros de que nada va a pasar, cuando usted mira el fallo de Las Papeleras, a cada uno le dio su pedacito (…) siempre al que demandan queda aburrido’ ~ El Tiempo de Cali, ‘Cualquier cosa puede pasar en el litigio de Colombia y Nicaragua.’ Cali, 25 de abril de 2012.
¿Pedacito? Quién sabe qué quiere decir la seño. Los comentarios de la señora Holguín son muy delicados. El Archipiélago de San Andrés no es una torta para compartir con ningún otro país. Necesitamos de una Margaret Tatcher que no dudó en enviar tropas a las Malvinas para combatir a los Argentinos en sus pretenciones.

Imagine pues que Holguín fuera la canciller de Estados Unidos y Japón reclamara a Hawaii como parte de su territorio. ¿Aplicaría esa misma estrategia de ‘un pedacito de Hawaii para EEUU y otro para Japón’?

Imagínese que Canadá reclamara a Groenlandia. Qué pasaría si España pone un pie en Gibraltar. Qué tal que Perú le pidiera un ‘pedacito’ más de río Amazonas a Brasil.

No! Colombianos, si nos toca ir a la guerra, como hizo el presidente Enrique Olaya Herrera cuando Perú invadió el Trapecio Amazónico, pues vamos a la guerra. Se trata del honor de nuestra tierra. Colombia nunca ha invadido a ningún otro país. Jamás le ha quitado ‘pedacitos’ a nadie.

En 1931 nuestro país pasaba por una crisis económica y Perú creyó que se podía aprovechar. La gesta de defensa del Trapecio Amazónico está aún por escribirse y en este nuestros abuelos que lucharon por defender la patria son tan heroicos como los de la Independencia. En medio de la selva, con una crisis económica, con la indignación de la pérdida del Istmo de Panamá, pudimos sacar a los peruanos del Trapecio Amazónico.

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