Este mapa de 1810 nos muestra que el Archipiélago de San Andrés y la
Costa Mosquitos, eran parte de la unidad territorial de la colonia
española.
Tomado de: pasaportecolombiano.wordpress
Por tanto, si Nicaragua insiste en romper dicho Tratado, el cual fue ya aprobado por la Corte Internacional de Justicia, entonces es legítimo que Colombia pida la devolución de la Costa Mosquitos.
Colombia cometió el error de permitir que el tema se
llevara al plano internacional. La estrategia nicaragüense no es
diferente de la filipina. Nicaragua no buscó el apoyo de Estados Unidos,
sino de la Venezuela de Hugo Chávez con claras ambiciones en la cuenca
del Mar Caribe, así como Estados Unidos las tiene en el Mar de la China
Meridional.
Colombia no está obligada a aceptar ningún mandato internacional que vaya en detrimento de su soberanía. Un primer acto contra la soberanía es la dimisión de la canciller actual María Angela Holguín quien dijo:
‘Yo quisiera que estuviéramos seguros de que nada va a pasar, cuando usted mira el fallo de Las Papeleras, a cada uno le dio su pedacito (…) siempre al que demandan queda aburrido’ ~ El Tiempo de Cali, ‘Cualquier cosa puede pasar en el litigio de Colombia y Nicaragua.’ Cali, 25 de abril de 2012.
¿Pedacito? Quién sabe qué quiere decir la seño. Los comentarios de la
señora Holguín son muy delicados. El Archipiélago de San Andrés no es
una torta para compartir con ningún otro país. Necesitamos de una
Margaret Tatcher que no dudó en enviar tropas a las Malvinas para
combatir a los Argentinos en sus pretenciones.
Imagine pues que Holguín fuera la canciller de Estados Unidos y Japón
reclamara a Hawaii como parte de su territorio. ¿Aplicaría esa misma
estrategia de ‘un pedacito de Hawaii para EEUU y otro para Japón’?
Imagínese que Canadá reclamara a Groenlandia. Qué pasaría si España
pone un pie en Gibraltar. Qué tal que Perú le pidiera un ‘pedacito’ más
de río Amazonas a Brasil.
No! Colombianos, si nos toca ir a la guerra, como hizo el presidente Enrique Olaya Herrera
cuando Perú invadió el Trapecio Amazónico, pues vamos a la guerra. Se
trata del honor de nuestra tierra. Colombia nunca ha invadido a ningún
otro país. Jamás le ha quitado ‘pedacitos’ a nadie.
En 1931 nuestro país pasaba por una crisis económica y Perú creyó que
se podía aprovechar. La gesta de defensa del Trapecio Amazónico está
aún por escribirse y en este nuestros abuelos que lucharon por defender
la patria son tan heroicos como los de la Independencia. En medio de la
selva, con una crisis económica, con la indignación de la pérdida del
Istmo de Panamá, pudimos sacar a los peruanos del Trapecio Amazónico.
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