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Mientras
Zoilamérica Ortega Murillo aguardaba por más detalles sobre la captura
de su pareja, el boliviano Carlos Ariñez Castel, como método de presión
optó por sentarse en el piso, pero pronto llegó un grupo de oficiales y
funcionarios de Migración quienes la rodearon para pedirle abandonar el
lugar. Ante su negativa, ella refirió que la agarraron de los pies y los
brazos, desalojándola por la fuerza. “Hasta mis lentes me quebraron”,
denunció.
Su hijo, Alejandro Bendaña, también fue expulsado con violencia de las oficinas. El joven resultó magullado. En su pecho quedó un morado ocasionado por el forcejeo con los guardas.
“Yo he tenido la prudencia de no tener confrontaciones personales, pero esto se ha vuelto una guerra personal”, afirmó Ortega Murillo en referencia a la pareja gobernante, “es una situación lamentable en la que dentro de una misma familia hay persecusión”.
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Su hijo, Alejandro Bendaña, también fue expulsado con violencia de las oficinas. El joven resultó magullado. En su pecho quedó un morado ocasionado por el forcejeo con los guardas.
“Yo he tenido la prudencia de no tener confrontaciones personales, pero esto se ha vuelto una guerra personal”, afirmó Ortega Murillo en referencia a la pareja gobernante, “es una situación lamentable en la que dentro de una misma familia hay persecusión”.
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Desalojada
a golpes de las oficinas de Migración, por exigir más información sobre
la deportación de su compañero, el boliviano Carlos Ariñez Castel - See
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Mientras
Zoilamérica Ortega Murillo aguardaba por más detalles sobre la captura de su
pareja, el boliviano Carlos Ariñez Castel, como método de presión optó por
sentarse en el piso, pero pronto llegó un grupo de oficiales y funcionarios de
Migración quienes la rodearon para pedirle abandonar el lugar. Ante su
negativa, ella refirió que la agarraron de los pies y los brazos, desalojándola
por la fuerza. “Hasta mis lentes me quebraron”, denunció.
Su hijo,
Alejandro Bendaña, también fue expulsado con violencia de las oficinas. El
joven resultó magullado. En su pecho quedó un morado ocasionado por el forcejeo
con los guardas.
“Yo he
tenido la prudencia de no tener confrontaciones personales, pero esto se ha
vuelto una guerra personal”, afirmó Ortega Murillo en referencia a la pareja
gobernante, “es una situación lamentable en la que dentro de una misma familia
hay persecusión”.
Culpa a
su madre, la Primera Dama
Cuarenta
minutos después que fuera efectiva la deportación de Ariñez Castel, la hijastra
de Ortega declaró azorada a Confidencial que “recibí una llamada de mi madre
diciéndome que estas eran las consecuencias por mis actos y yo la
responsabilizo". Fuente:Confidencial
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