lunes, 1 de julio de 2013

En Mexico, algunos niños lejos de soñar con superhéroes, cada vez más portan armas y cobran extorsiones




Tomado de: ERIK MUÑIZ- AFP-  Sábado 29 de Junio de 2013

Lejos de soñar con superhéroes, cada vez más los niños portan armas, cobran extorsiones y hasta amenazan a sus profesores en Nuevo León, un estado del norte de México asolado por la violencia del narcotráfico, un "fenómeno de imitación" que preocupa a docentes y especialistas.
"Una vez le pregunté a un niño, que se veía muy tranquilo, que de dónde era. Muy naturalmente me dijo que de Sinaloa (noroeste) y que sus papás eran narcos, que por eso me portara bien con él para que no me acusara con ellos, y ¡solo tenía ocho años!", dijo alarmada a la AFP, Hilda, una maestra que pidió el anonimato de una escuela secundaria privada de Escobedo, un municipio pobre aledaño a Monterrey.

La cruenta disputa entre los carteles Los Zetas y del Golfo en Nuevo León ha provocado, además de una escalada de violencia, la migración de muchos integrantes de organizaciones criminales de otros estados hacia Monterrey, capital estatal y un importante polo económico de México. Estos narcotráficantes se establecen temporalmente con sus familias en estas ciudades para reforzar a sus organizaciones criminales en la guerra que mantienen con sus rivales.

"Entre los maestros comentamos mucho esos casos, de niños que llegan de Tijuana, de Sinaloa (noroeste), de Michoacán (oeste), y los papás llegan (a dejar a sus hijos a las escuelas) en sus camionetas de lujo y pagan todo el año completo con tal que sus hijos entren al curso que ya está iniciado", añadió Hilda.

Y sobre la retadora actitud de algunos niños influenciadas por la violencia del narcotráfico, los casos "son abundantes", dice por su parte a la AFP Francisco Requenes, un psicólogo local y exdirector del DIF, organismo estatal de protección de la familia. "Es un fenómeno de imitación. Los niños ven en la televisión y escuchan en la calle las pláticas y necesariamente se van empapando de ellas. No es algo que hagan de manera consciente, pero el fenómeno está presente", prosigue Requenes.

Unos maestros de distintas escuelas en municipios pegados a Monterrey dijeron estar cada vez más sorprendidos por la cantidad de menores que son inscritos en escuelas privadas a mitad de curso y que de igual manera dejan de asistir a clases sin terminar los ciclos escolares.

Hilda, quien imparte cursos en un escuela para adolescentes, dice que hay jóvenes que llegan armados al colegio, amenazan a sus compañeros y les quitan el dinero. "Hay veces que hasta con los profesores se meten", indica.

David, un menor que apenas cursaba el tercer año de educación primaria, tras una regañina, amenazó a su maestra diciéndole que "iba a llamar a Los Zetas para que la castigaran", narra otra profesora.

Los daños en la infancia por la violencia de la lucha del narcotráfico que azota México se presentaron ya de manera dramática en otras localidades del país, como Ciudad Juárez, que en 2010 ocupo el triste primer lugar en el índice de homicidios, y donde al menos 12.000 niños han quedado huérfanos.

Los menores en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, reciben terapias lúdicas para salir del aislamiento y episodios de ira en los que caen tras las muertes de sus padres y la estigmatización que afrontan en sus comunidades por ser 'hijos de narcos'.

En Monterrey se abrió un centro comunitario en la colonia Independencia, una de las más conflictivas y pobres de la ciudad, para ayudar con talleres a jóvenes que quieren salir de pandillas. En la entrada de este centro hay policías que vigilan que los adolescentes no entren armados.

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